Solíamos hacer las navajas a la plancha, pero un día descubrimos esta receta rápida que os voy a contar para cocinarlas al vapor y en el microondas, gracias a un aperitivo que tomamos en el mercado de San Miguel. Desde entonces las tomamos mucho. La primera receta es al albariño, que es la que nos enseñaron en el mercado, la otra es una variación nuestra en plan oriental con lemongrass y lima kaffir, que ha resultado estar estupenda.
A ver si os gustan
Navajas al Albariño
Ingredientes
- Navajas de la mejor calidad posible (vivas)
- Albariño
- Sal en escamas
- Aceite de oliva virgen
Preparación
Limpiamos las navajas dejándolas una horita en agua fria con abundante sal, ellas solas expulsarán toda la arena que tengan y de este modo se lavan. Las enjuagamos y las escurrimos.
Las ponemos en una fuente o plato, con la hendidura hacia arriba, regándolas con un chorro generoso de albariño. Las metemos al microondas y las tenemos 5 minutos a una potencia de unos 700W, lo que será suficiente para cocinarlas al vapor y que se abran. No conviene hacerlas demasiado o quedarán más secas.
Las rociamos con un chorrito de aceite de oliva virgen (el de arbequina es fantástico) y las aderezamos con un poco de sal en escamas, no demasiada, que ya están algo saladas.
Las acompañamos con un albariño bien frío y nos las metemos entre pecho y espalda.
Navajas con lemongrass y hoja de lima kaffir
Ingredientes
- Navajas vivas
- Dos limas
- Un par de tallos de lemongrass
- Hojas de lima
- Sal en escamas
- Aceite de oliva virgen
Preparación
Limpiamos las navajas como anteriormente, dejándolas una hora en agua fria con abundante sal.
Disponemos de nuevo de ellas en una fuente, en este caso sobre los tallos de lemongrass divididos por la mitad en vertical y una hojas de lima kaffir y exprimiendo las limas por encima de ellas. Las metemos al microondas y las tenemos 5 minutos a una potencia de 700W, para que se abran. Recordamos no pasarlas demasiado.
Si no disponemos de los aderezos típicos de la cocina thai, podemos simplemente añadir unas ralladuras de piel de las limas exprimidas.
Las regamos con el chorrito de aceite de oliva y unas escamas de sal.
Las acompañamos con un sake (por dar la nota) o una cervecita y nos las metemos de nuevo entre pecho y espalda si nos caben.
¡A disfrutar!