Os presentamos otra original y radiofónica receta de Gonzalo Avello
Cogéis dos pollitos tiernos ó tres, ó una pandilla, y como me figuro que tenéis un corazón tan sensible como un pedazo de galena, pues para evitaros arreglarles el pescuezo, ya que no tendréis influencia suficientepara dirigiros á «un camisero» de Burgos llamado Mayoral, no tenéis que hacer otra cosa que enseñarles un abecedario: la muerte es fulminante. ¡Vamos! Sería el primer pollo que saliera ileso del experimento, pero… si así ocurriera, no deshaceros de él, cuidarle, es madera de sabio.